Después del Big-Bang, esa gran explosión que se cree que dio origen al universo, por algún motivo no del todo conocido la materia comenzó a agruparse en ciertas zonas más que en otras, al estilo de unos inmensos grumos en una besamel. La gravedad fue haciendo su papel yen medio de la inmensidad del espacio, aparecieron las primeras islas: los cúmulos y las galaxias. Dentro de estas, la materia tampoco se distribuyó de forma uniforme. El gas primordial que las formó al principio, producido después de la gran explosión y constituido básicamente por helio e hidrógeno, los ladrillos básicos del universo, se acumuló tanto en algunas partes, que la gravedad engendró las primeras estrellas.
En el interior de estas esferas de energía se alcanzan temperaturas tan grandes que los átomos sufren reacciones de fusión nuclear que permiten la aparición de elementos más pesados, como el carbono o el oxígeno. Y cuando los astrofísicos analizan la radiación procedente de estos astros, pueden deducir la composición y la edad de las estrellas y de las galaxias, puesto que las más jóvenes acumulan más hidrógeno frente a otros átomos más complejos. Gracias a esto, un equipo de astrónomos españoles y australianos ha descubierto que la galaxia NGC 1512 acumula en su "estómago" los restos de otras galaxias que engulló en el pasado.
De hecho, la galaxia NGC 1512, de un tamaño comparable al de la Vía Láctea y con el mismo tipo de estructura espiral, no solo ha incorporado restos de otros "cadáveres", sino que en las imágenes captadas se está "tragando" a una galaxia enana.
Grupo: Melanie y Lorena.
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