miércoles, 24 de enero de 2018

LA KILONOVA


Hace 130 millones de años, dos estrellas de neutrones colisionaron en la constelación de Hidra. El choque produjo un estallido de ondas gravitacionales que deforman a su paso el espacio-tiempo, el material del que está hecho el universo. El pasado 17 de agosto, el interferómetro láser del observatorio LIGO en Hanford (EEUU), captó las ondas gravitatorias producidas por aquel cataclismo, muy debilitadas. Segundos después, telescopios espaciales observaron un potente estallido de luz justo en la dirección de Hidra.

Según la revista Science este es el descubrimiento más importante del año. Más de 3.600 científicos de casi 1.000 instituciones de todo el mundo han estudiado el evento. El hallazgo supone la consagración de las ondas gravitatorias como un nuevo sentido que han ganado los humanos para explorar el universo.



Este otoño, los científicos del experimento, Kip Thorne, Barry Barish y Rainer Weiss, ganaron el premio Nobel de Física por contribuir a este gran descubrimiento.

El despliegue científico permitió documentar con detalle un evento que sólo se repite en galaxias similares a la Vía Láctea cada 10.000 años.

En 2010, una colaboración internacional codirigida por Gabriel Martínez-Pinedo y Brian Metzger, determinó los elementos producidos en la colisión y calculó la energía que liberarían, y Metzger usó esos datos para reconstruir la “curva de luz” que produciría la fusión. Los cálculos indicaban que brillaría como 1.000 novas, por lo que se la llamó kilonova. El físico español estima que el choque de los dos astros produjo unas 100 veces la masa de la Tierra en oro. Lo más probable es que ambos astros se hayan convertido en un agujero negro.


BIBLIOGRAFÍA: La Kilonova


Hecho por: Mariana del Valle y María Calvia.

Curso: 4ºA.

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